La Dra. Pajín llevaba mucho tiempo diciendo que el paciente no estaba tan malo como decía, que era un quejica.Con un poco de reposo y mucha agua, saldría adelante.Los demás, al verle la mala cara que tenía, sospechábamos que su salud era bastante delicada y que eran necesarios antibióticos de amplio espectro. Pero él sabe más, que para eso es el que manda. Al final, han llamado desde prestigiosos hospitales de Estados Unidos y de Europa al superior jerárquico de la Dra. Pajín (que, por supuesto, ejerce la medicina no-preventiva en Madrid), para avisarle de que el paciente está muy, muy grave, que el déficit le puede reventar en cualquier momento. Y, en cuestión de horas, lo han ingresado en la UVI. Ahora sí: tratamiento de choque.El jefe de la Dra. Pajín se ha visto obligado a iniciar, por fin, el tratamiento. Pero ha preferido no atacar la causa de la enfermedad, ahora ya es tarde. No ha recetado nada para combatir la inflamación del Aparato Especulativo ni la hipertrofia del Sistema Bancario. Ha optado por centrarse en los órganos más débiles, que sufran ellos las consecuencias de las enfermedades que generaron otros. Así, ha tirado de bisturí y ha cortado por lo sano los molestos tejidos de los derechos sociales: un recorte a los pensionistas, un tijeretazo a los dependientes, un buen tajo a los ciudadanos empobrecidos, Con estas medidas no hace falta ni tocar lo que de verdad está podrido en el paciente. Ya se recuperará y, en cuatro, días, como nuevo: a seguir con su pauta de vida neoliberal habitual. La Dra. Pajín sigue sentada en su consulta, con el recetario en una mano y el boli en la otra, esperando las órdenes que le lleguen desde Madrid. ¡¡¡Pobre paciente!!!.
P.D.Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía..
