¿Será que el derrumbe va más rápido de lo que esperábamos?.
En una época como esta, en que la actualidad apesta y cada pocos minutos salta un nuevo escándalo, siento que la velocidad de descomposición es muy superior a nuestra capacidad de construcción de una alternativa. La monarquía: cualquier día se muere el rey (por edad, por enfermedad), o abdica (por incapacidad, por sus propios escándalos); y a los republicanos;(que quieran ser alternativa); les pilla en bragas, sin una alternativa, sin respuesta preparada, y cuando se quieran espabilar ya tenemos a Felipe VI consolidado.
No me gusta decir estas cosas, porque mueven al desánimo y dan oxígeno a quienes quieren que todo siga igual. De hecho, pienso que la pata más sólida que hoy sostiene el tinglado es precisamente la falta de una alternativa que los ciudadanos percibamos como posible. Si el invento no se cae es por ese miedo que todavía paraliza a muchos, que aun prefieren lo malo conocido a lo bueno por conocer.
No quiero que cunda el desánimo, ni el miedo.
Puede que estemos ante una oportunidad histórica y no nos estemos dando cuenta. Puede que la magnitud del derrumbe nos abrume, y nos impida pensar en ese día después. Y también puede que el bombardeo que estamos sufriendo, eso que llaman crisis, nos impida dedicar energías a otra cosa que defendernos.Se han dado pasos importantes, ha crecido la conciencia política, se ha extendido la movilización, han crecido espacios de encuentro y redes, hay cada vez más puntos en común y más voluntad de construir juntos. Pero todavía vamos muy despacio.
P.C.A. Are we cowards?.