Hoy no me apetece esmerarme, en buscar palabras hermosas para escribir mis pensamientos; porque la prosa no puede sonar a poesía cuando la rabia está en la sala de espera.
El "arropiero"
Yo, soy uno de los cerca de tres millones de ciudadanos de este país que hace tiempo firmé la petición que promueven los padres de Diana Quer, Marta del Castillo, Mari Luz Cortés, Sandra Palop; y otras muchas víctimas más cuyos nombres en este momento no soy capaz de recordar, para que no se derogue la ley de prisión permanente revisable, a la espera de que se pronuncie el Tribunal Constitucional.
Me consta, que muchos de los firmantes de esta petición militan en partidos de izquierda; porque la decencia no tiene color político; y lo que me hace escribir estas líneas es la repugnancia que me producen los portavoces del Psoez, de Potemos; y del P.N.V. (uno de los partidos más de derecha que existen en España junto con el PdeCAT), que mienten miserablemente cuando quieren confundir a los ciudadanos diciendo que esa ley, es lo mismo que la cadena perpetua; y sobre todo cuando añaden que no ha impedido que estos niños sean asesinados.
Saben, que la ley no previene asesinatos; que pueda cometer gente que aún no ha delinquido; y por lo tanto está en libertad, pero sí evita la reincidencia de los que ya se han estrenado en esa orgía de sangre; y odio contra niños menores de edad o sus madres a las que quieren hacer sufrir con la muerte violenta de sus pequeños.
La indecencia política, no está solamente en corromperse económicamente, que también, sino en la mentira consciente; y en la insensibilidad ante los más débiles, por eso no descabalgo de este calificativo a dirigentes como Pedro Sánchez; y Pablo. Iglesias que andan escasos de dignidad a la hora de negarse a recibir personalmente a los padres; y las madres de las víctimas, tal vez porque su cobardía es mayor que su desvergüenza.
Su cara lo dice todo.