Y eso que no cambiaban cromos. Ayer era ayer; y hoy es hoy. La vida es así. Donde dije digo digo Diego; y miel sobre hojuelas. Hasta ayer, había serias dudas sobre la posibilidad de pactar con el Partido Popular; en la Comunidad Autónoma de Madrid. Hoy no hay ninguna. Hasta ayer Ciudadanos ponía por delante de todo la corrupción, hoy ya veremos. Porque los riesgos de que alguno de los seis candidatos que lleva en la lista de la CAM el P/P, y que parece que están investigando, ya no importa. Han conseguido el cromo deseado, un cromo que no le correspondería de acuerdo a sus votos: la vicepresidencia primera de la mesa de la Asamblea.
Miren ustedes, lo peor no es querer el poder, lo peor es quien quiere mantenerse entre tirios; y troyanos, entre atenienses; y espartanos, sin mojarse. Sin ideología aparente, dentro de ese centro que es el vacío político. Aquí con el P/P, allí con el P/S; y si viene al caso ya veremos con quién. Eso sí, siempre disimulando; y haciendo ascos a los demás.
Aparentan ser neutros, ser transparentes, ser honrados. De los dos últimos epítetos no tengo razones para dudar (no han gobernado), ya veremos, de lo de neutros sí. Si algo sabemos de este grupo, que es poco, es lo que ha propagado su gurú económico, Luis Garicano, y eso no es sino un neoliberalismo claro y rotundo.
Jugar a ganar sin mojarse. Porque es lo que han hecho hasta ahora. Si, hace diez días, a la mayoría se le hubiera preguntado por tres nombres del partido de Albert Rivera, es muy probable que muy pocos hubiesen contestado. Y es que, hoy todavía, Ciudadanos es Albert Rivera; y poco más. Luego han ido saliendo jóvenes bien vestidos, bien peinados, de corte clásico; y moderado, tanto hombres como mujeres.
(Ciudadanos en Madrid)
Lo grave no es que esta gente nueva entre en política, lo tremenda-mente grave es que nadie sabe quién es; y se les ha votado en nombre de un único líder, sin saber casi nada del partido, sin saber si tienen experiencia, sin conocer nada de ellos, ni de su programa. Este es nuestro país, un país capaz de votar por un nombre; y punto. Un muchacho joven, cordial, de sonrisa abierta, muy mediático. Lo único que se sabe de él, a ciencia cierta es su compromiso con la unidad de España; y su lucha contra la independencia de Cataluña. Aunque eso también le distinguía a Rosa Díez; y miren dónde está.
Ya verán ustedes lo que tardan en conseguir otras parcelas de poder. Y, repito, no me parece mal, lo que me parece mal de verdad es que vayan de puritanos por la vida y quieran hacer creer que ellos nos van a hacer la vida maravillosa, eso sí, sin mojarse ni despeinarse con el poder. Mas parecen testigos de Jehová que políticos.
No nos engañen, es preferible que digan la verdad. En la política, como debe ser, se lucha por el poder, porque si no se tiene poder son otros los que imponen sus ideas. No vale ser ni chicha ni limoná y pretender conquistar el mundo. Esto puede dar frutos a corto plazo, cuando la virginidad política te abandone, veremos cuál será el nuevo mensaje mercantil.