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sábado, 12 de octubre de 2013

La cordura.

Hoy en la Plaza Cataluña ha salido miles de catalanes a decirle a Arturo Mas que este no es el camino, que su “derecho a decidir” es solo su deseo de poder vivir en paz junto a otros que piensan distinto no el derecho a decidir de otros que se creen más listos y deben ser los privilegiados,  aunque sean el 50% de los catalanes, quienes sigan con su ensoñación de una Cataluña egoísta e imposible, como miembro de la U.E.

A pesar de que el aparato mediático del independentismo sigue funcionando a toda marcha, bien engrasado con las subvenciones del señor Mas a la Vanguardia, T.V.3, Omnium Cultural, casales embajadas y a todo aquel que jure acatamiento.

 Subvenciones que, a su vez, son subvenciones del señor Rajoy y de todos los españoles (sí, tuyas y mías) que llegan mes a mes por la vía de la ayuda a las autonomías y que sirven también para que mossos, maestros o sanitarios puedan seguir cobrando a fin de mes.

Hasta los mismos ciegos empiezan a ver que el independentismo es inviable, pero los fanáticos no lo verán. Lo verán Mas y Junqueras, pero no las víctimas de ese adoctrinamiento pseudo-religioso y victimista a que ha estado sometido durante décadas el pueblo catalán. El fanatismo religioso es peligroso, No se trata, por tanto, de argumentos. Contra el fanatismo no sirve la lógica. ¿No hemos oído hasta la saciedad que una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera de la UE? ¿No lo ha dicho varias veces el mismo presidente de la Comisión Europea? Y, sin embargo, el 50% de los catalanes sigue pensando que Cataluña no saldría de la U.E. No voy a insistir yo en esta vía, y lo hago por tres razones: la primera, porque, como he dicho, contra el fanatismo no sirve la lógica; la segunda, porque he sido uno de los primeros que lo he dicho; y no quiero seguir perdiendo el tiempo. Mi Face está de testigo.

Pero la principal razón por la que pienso, que no conviene insistir en los desastres económico; y político que supondría la independencia para todos los catalanes (y que es una realidad evidente), es porque, en el fondo, no se trata de independencia sí o independencia no, sino de falta de democracia, sí o sí. Ni en Cataluña se vive en una auténtica democracia (no se respetan algunos derechos fundamentales del 50% de la población), ni un referéndum o consulta sería democrático en la circunstancias actuales, después de 30 años de adoctrinamiento político y con una prensa y medios de comunicación subvencionados.

 Hoy es diario con bandera sí, bandera no. De España o de Cataluña. O las dos. Con Estelada o sin ella, ese afán canino de marcar el territorio parece que ha cundido más que los geranios tradicionales del balcón. "Nos roban desde siempre", ha sido el catecismo primero de Jordi Pujol y después de C.i.U. A día de hoy, sabemos que el botín está en Suiza en cuentas de padres y músicos de la patria. ¿Y ahora qué Sr Mas?... Mi impresión es que parece que alguien está preparando su propia retirada.