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La primavera llegara;y la eterna mentira política, renacerá de nuevo, de sus cenizas, como ave fénix..
Todo se llena de verde, las plantas de vivero engalanan recién plantadas; y las jardineras públicas,
las calles se enlucen, los pasos de cebra; y bordes de la acera recobran su color original;
y el asfalto se derrama por la ciudad como un manto suntuoso, en las carreteras aparecen unas líneas blancas;
que nos recuerdan unos límites casi perdidos; y brotan siglas políticas al candor húmedo de los votos..
Las obras en los barrios, aparecen como los tulipanes, donde ayer no había nada hoy aparece un socavón;
y una cuadrilla de operarios dispuesta a someterlo al indulto.
El puerto deja la convalecencia, los demas se conectan, el paro se acaba, la economía se recupera felizmente,
el talento fugado retorna, los desahucios de familias se eliminan, las playas vuelven a ser de verdad,
los autobuses llegan a la estacion del puerto, el déficit de infraestructuras,
equipamientos educativos; y sanitarios se terminan.
Todo, o casi todo de repente se arregla; y por arte de magia el puerto se regenera;
y se transforma, al menos en la imaginación del político de turno.
Los políticos se vuelven muy amables de repente; y el que no te miraba antes, ahora te mira;
y casi te sonríe; y
el que no se paraba a saludarte, ahora parece tu amigo de toda la vida.
Se sientan contigo cuando no lo hacían en meses, te escuchan, te piden hasta las propuestas;
y montan mesas por las calles, para hacer los programas de forma participativa.
Los correos electrónicos, donde te recuerdan que están ahí se agolpan en tu bandeja de entrada.
El tándem "participación ciudadana; y política", se acerca a lo que sería deseable en cualquier momento,
de la vida pública en el Puerto. ¡Cuánta simpatía; y buen rollo por doquier,
si no fuera porque se siguen tirando los trastos a la cabeza entre si!.
¿Qué ocurre en el Municipio; y en el panorama vecinal?. Eso es que vienen elecciones,
"no me había dado cuenta". A mi
se me ocurre una propuesta que podría ser deseable,
poner elecciones de forma continua, para tener políticos empáticos con su ciudadanía;
y dispuestos a escucharnos en cualquier momento, una eterna primavera para la ciudad;
y que todo cuanto nos rodee se vuelva estupendo.¿Una utopía me diréis?.
Porque yo creo que
fuera de esta nube, en la que se vive antes de unas elecciones, en año clave electoral;
y a un año vista de las siguientes, las municipales;
y del hastío que supone este proceso, somos muchos los ciudadanos;
que desearíamos que en las elecciones se omitieran esos burdos juegos:("voy a construir un puente cuando en el pueblo no hay río");
y las escenas de cara a la galería, las guerras dialécticas continuas entre ellos,
sus descalificaciones, las promesas imposibles, las recurrentes, las medias verdades;
que son medio mentira aunque piadosas, (para ellos claro).
Un auténtico juego de sombras chinescas, donde nos quieren hacer creer que no se trata de una función,
lo cual es lo más triste.
Es verdad, hay ciudadanos como espectadores, que en lugar de una representación, piensan que todo lo que ocurre;
en las tablas de unas elecciones, es cierto; y verdadero.
Materia fértil para los que les gusta sembrar promesas.
Somos más ciudadanos los que desearíamos que las elecciones fueran de otra manera,
con otro tipo de discursos, otras actitudes;
y sobre todo, que fuera de las elecciones existiera esa vida política,
eso sí bien repartida en los otros tres años de las legislaturas, más cercana al pueblo;
y ya puestos, más cargado de autenticidad;
y de propuestas consensuadas.
Quizás sea mucho pedir, yo pienso que el cinismo nos invade.(antonio Pedrosa:)
