https://youtu.be/maM5QI3REw8

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jueves, 10 de enero de 2013

?Es Pineda de Mar (Barcelona); un pueblo de idiotas?..

Nadie se atreve a calificar públicamente de idiota a un pueblo. O porque le podrían llamar demagogo o por miedo a ser denunciado; todos cantan loas sobre sus pueblos. Desde las autoridades políticas, pasando por los medios de comunicación,("la inimitable radio"); y la prensa ("Aprop"), terminando en la propia ciudadanía  los discursos, siempre suelen estar cargados de lisonjas superficiales.


Cuando hay problemas, las culpas se cargan en Otros.(Así suele actuar la oposición)..

 Se les aliena, se les quita el derecho a reconocerlos. Nadie quiere aceptar que siguen estando  en un pueblo profundo un pueblo de idiotas y necios.  Porque los grados de responsabilidad se disuelven en un mar de autocomplacencia. Y por esto mismo. La mayor parte del tiempo el pueblo es idiota.

Suponer que en un pueblo  todos los ciudadanos son una suma de idiotas es en definitiva  (como todo este artículo tal vez), un razonamiento idiota. La hipótesis de la que partimos aquí; es que un pueblo puede comportarse como idiota aún cuando en sus pobladores florezca la semilla de la genialidad.

El comportamiento colectivo asume trayectorias que no pueden ser deducidas de las acciones individuales. La sociedad desborda a sus integrantes hasta tal punto que, ilusos, creen poder decidir libremente. Los condicionamientos se vuelven invisibles. Presionan desde dentro. Años de socialización que conforman la columna vertebral del pensamiento de los ciudadanos. Sin un esfuerzo por superar las barreras, la reclusión cognitiva es inevitable e imperceptible.


 Nacemos libres pero en todas partes nos hallamos encadenados. Una mirada global ilustra sobre la estupidez humana y sus límites, tendiendo a infinito. La triste miopía del ser humano moderno.

 Alguien con cierta ingenuidad planteó que la búsqueda del interés individual redunda en un beneficio global. Alguien con cierta maldad hizo suyo el lema y aprovechó para aumentar la desigualdad y esconderse tras el promedio.

Los pueblos modernos son idiotas. Asumen con naturalidad las jerarquías. Les gusta justificar su debilidad depositando la confianza en algún tipo de autoridad. Metafísica o material, da la impresión que los pueblos necesitan de algo o alguien que los guíe. O mejor aún, necesitan de algo o alguien a quien echarle la culpa. 

Cegados, corren a comprar, a consumir; se asumen pasivos a la hora de las grandes decisiones sociales. Prefieren seguir la tendencia, colocarse del lado del más fuerte, eludir las responsabilidades. Cuando la correlación de fuerzas es favorable, emerge el espíritu crítico. La línea de pensamiento está marcada por la agenda de los grandes medios de comunicación. Ya no es necesario el opio de la religión. Ahora es preferible consumir el "dogma" de la T.V.3-, de la prensa "canalla" los diarios,y de las revistas, de la radio,"Inimitable" Radio y la parcialidad de Internet.

La ciencia de la complejidad nos brinda herramientas para analizar la estupidez global.

 Para comprender como asistimos azorados y paralizados a la destrucción del pueblo en nombre de la economía.

 Al terrible espectáculo del hambre en nombre del libre comercio, a la obscena desigualdad en nombre de un conservadurismo material disfrazado de ciencia.  

P.C.A. ¿Vivo yo en un pueblo de idiotas?...