No dan muchas ganas de escribir con todo lo que esta callendo y pasa alrededor.
Uno ve las noticias y se deprime. Para colmo, tampoco hay motivos para una rápida esperanza. No porque nos los digan los analistas económicos, sino por simple intuición.
Simplificando un poco, de las grandes crisis se sale de dos maneras. O con un rearme moral de toda la sociedad, como sucedió en Alemania tras la segunda guerra mundial; o con unos parchecitos, una chapuza especulativa cuyas consecuencias económicas son a medio plazo peores que la crisis. De esto último hay ejemplos sobrados, pero mejor ni los nombro.
Pero vuelvo a lo de antes:
¿Para qué escribir si hay que hacer tantas cosas importantes?. Cambiar de compañía telefónica, eléctrica, hidráulica. Cambiar de seguro de coche, de casa, de vida. Darle un buen tijeretazo a la lista de la compra. Darse de baja en no sé qué actividad extradeportiva. Reducir el consumo de gasolina; y andar más en bicicleta. Etcétera. ¿Para qué escribir?....
Pues porque sí, aunque sea por simple supervivencia. Me acuerdo de lo que me dijo mi cuñado cuando estuve en Sevilla: Dijo que en Rusia
durante el comunismo estában tan tristes que la gente se refugiaba en la música, o iba a exposiciones, o al cine. La cultura era la única forma de salvarse..
Escribir es entrar en el reino de la libertad. Eliges hacer esto porque te da la gana y así regresas a las cosas más nobles que puede hacer el ser humano, que son siempre ruinosas, o sea, gratis.
P.C.A."Escribir es entrar en el reino de la libertad.".