"Nadie da nada a cambio de nada". Siempre he reflexionado sobre si; el que da algo espera algo a cambio, y he llegado a la conclusión de que; quien algo da algo quiere o mas bien: nadie da nada a cambio de nada. El que algo da no lo da gratuitamente pues aunque no busque una compensasion material, es muy seguro que que busque o bien el reconocimiento del receptor o bien un bien moral, con el cual pueda sentirse recompensado.Mi pregunta del millón siempre fue esta: ¿La madre Teresa se daba a los demás por pura generosidad y entrega desinteresada o porque ella misma lo necesitaba?, ahí te quiero ver,.
("Yo soy poco generoso").Bueno, de cuando en cuando hago algún gesto de generosidad con mis seres queridos; pero no sé yo si más que eso. (Las generosidades típicas de un padre de familia no cuentan aquí), Entonces; ¿a santo de qué puñetas se me hace imprescindible dedicar mi tiempo sobrante a quien lo pueda necesitar? Por eso llevo unos meses tocando puertas "políticas"; (para poder comprobar, lo que quisiera que ocurriera, aunque algunos políticos so reacios al tema) y comprobar con sorprendida satisfacción que parece ser que son una legión las personas que se ofrecen voluntarias para realizar actividades diversas (e incluso variopintas) aquí mismo, en nuestro pequeño pueblo, a través de diversas asociaciones de índole social. Yo podría tener mi conciencia alimentada, y podría sentirme útil,y quizá encontrar lo que voy buscando (la concordia entre los humanos).
Deberían de haber tantas personas en los cursillos de, gimnasia de mantenimiento, natación, bailoteos varios, pintura al óleo y cocina como en fundaciones y asociaciones donde lo que más se necesita es alguien dispuesto a escuchar a todas las personas que tienen necesidad de que se les escuche. ;
Me asalta la terrible duda de si no seré yo mismo el que necesita integrarse en una sociedad que desconozco, a la que he pertenecido durante, 40 años (los laborales) observándola desde la periferia, sin incidir en ella a través de mi proyecto vital con nada que no fuera el calendario laboral y el sueldo a fin de mes. Y una satisfacción muchísimo menos profunda de la que hubiera deseado. Sin embargo, ahora,(que pienso en el voluntariado) y aun sabiendo que no cobrare ni un duro, y sin más interés que el que no le tengo que confesar a nadie, empiezo a sentirme mejor conmigo mismo. ¿Por qué será?
P.D. Hasta ahora solo un religioso me ha dado ánimos para acometer este reto; el Padre mosent,Rramón de la Iglesia de Pueblo Nuevo de Pineda de mar (barcelona).