Ser soberbio hoy día parece popular e interesante. Aprovecharse de la oportunidad, de engañar al sistema o a los otros, descalificar al prójimo, parecen barnizar de poder al que es suficientemente astuto para sacar beneficio de ello. Y además puede ser celebrado por otros si se hace con gracia.(Yo he conocido a un soberbio): Y aunque pueda decirse que esta actitud; es más bien propia de un país subdesarrollado, en España se da con bastante frecuencia.
Si bien; existen las categorías de primera, segunda y tercera.
En el mundo de los negocios, la empresa y el entorno laboral, el afán de competencia lleva a menudo a abordar con falta de caridad al prójimo. Así, clientes, competidores, colegas y jefes son descalificados y pasan a estar en la lista de los desvariados que sólo quieren molestar. En el entorno familiar, el ex marido, la ex mujer, la suegra, los amigos de la pareja, cualquiera que represente una amenaza a la competencia o a la atención del otro, pueden entrar rápidamente en una lista negra. Los que están en ella, aunque puedan tener razón en algunas ocasiones, no calificarán nunca para un reconocimiento.
La soberbia impide aprender:
Ser soberbio es ser egoísmo. Y no del que aporta. Para peor de males, ser soberbio nubla la mirada; y no permite reconocer lo bueno del otro. Para colmo, ser soberbio altera la propia realidad y no permite identificar las propias debilidades. Por lo tanto, evita la evolución. Nada es personal, dice Miguel Ruiz en su libro “Los Cuatro Acuerdos”. De ahí lo absurdo de la soberbia. Sin auto crítica ni reconocimiento de que el otro puede tener la razón y yo estar equivocado, llegan las peores sorpresas. Es por eso que las tragedias griegas tienen un sentido educativo. Hoy el pecado sigue teniendo el mismo castigo que en la Grecia antigua. Si bien puede reportar beneficios de corto plazo, sus consecuencias bien pueden desembocar en grandes dramas. Lo positivo de ello es que de alguna manera, el ser encuentra la herramienta para un aprendizaje. Y si no es por las buenas, será por las malas…
P.C.A. "Al final unos que vienen y otros que morirán"...