"Mi libro" (Índice)
La política no era como el amor ni como la guerra, donde valía todo
¿Cómo era posible, que la izquierda fuera tan cerril, sectaria, e impresentable?.
Y era porque se creía moralmente superior.
Y alguien moralmente superior podía hacer lo que quisiera; y
siempre lo hacia con la mejor de las intenciones.
Esto bastaba.
¿Y cómo era posible que hubieran tantos súbditos que les votaban?.
Básicamente gracias a la gran mayoría de medios de comunicación;
y manipulación; y del sistema de enseñanza; y adoctrinamiento.
Si no hubiera sido así, habría que hacer repensar las cosas, a mucha gente; y dejarían el sectarismo ideológico a un lado.
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(El amor de mi vida.)
Mariposa tu que vuelas por la orilla de la mar, dile a mi amor si la
vieras que no la puedo olvidar; y si algún día me llama dios que me espere al llegar, que viviremos para siempre; y no nos volveremos a separar.
(Introducción a mi segundo libro).
Dicen que hay que hacer tres cosas antes de morir.
Engendrar un hijo, plantar un árbol; y escribir un libro.
Nadie debería salir de este mundo, dicen, sin haber tenido un hijo, plantado un árbol; y tener un libro escrito.
Yo ya hice estas tres cosas tan importantes; y que son, al mismo
tiempo, tan distintas entre sí.
Engendrar un hijo es un maravilloso acto de amor; y placer.
Plantar un árbol, media docena, o un pinar entero es un proceso ecológico;
y lúdico que nos llena de íntima satisfacción.
Lo del libro, como ustedes ya saben, es otra cosa.
Pero ¿qué tienen en común estas tres circunstancias que las hacen tan importantes a los ojos de los demás?.
Desde mi punto de vista, ninguna.
Todos, en mayor o medida, somos o hemos sido escritores de algo;
y desde los que de vez en cuando escriben una carta, a un pariente lejano, rellenan un pliego de descargo, o se ocupan personalmente de redactar su propio testamento.
Luego están los otros, los que pasan la mitad de sus vidas escribiendo un "quijote", cada quince días, es decir, los "escritores de verdad".
Pero del mismo modo que todos los hijos engendrados, con independencia de la raza, son iguales; y todos los árboles plantados, con independencia de la especie, son más o menos parecidos, con lo de los libros no ocurre lo mismo: ¡Cuántas diferencias pueden encontrarse entre un libro; y otro!.
(Capitulo primero).
Terminado mi primer libro; y en vistas de que su presentación,
se tuvo que anular por la llegada de un virus, que nos cambiaria la vida.
Por aquel entonces yo vivía en el Puerto de santa María,
pero pensé que si volvían a confinarnos, estaría mejor en un pueblo pequeño como burguillos, pueblo que ya conocía, por haber estado viviendo tres años en el. Lo encontré totalmente cambiado, no tan solo en limpieza, si no en sus residentes, pues todos iban con mascarilla; y a quien no iba con ella le llamaban la atención, aunque en el puerto ya pasaba también.
El gobierno tenia a todos asustados; y haciendo que los ciudadanos tuvieran un miedo irracional,
pues te castigaban con sancionarte; y denunciarte con 100 euros si no llevabas la mascarilla hasta los ojos.
Estábamos en el mes de Octubre; en el año 2020 año de la pandemia; y se seguía con ella.
Algunos trataban de seguir; y de llevar una vida normal, pero las nuevas medidas que se habían tomado en seguridad, para prevenir enfermar,
cambiaron la forma de vivir; y esto hizo darme cuenta, de cómo la vida nos cambia en un segundo, de la nada ocurre un giro inesperado en el que, en un abrir ; y cerrar de ojos, la realidad;
y la normatividad cambia; y nos exigieron el uso obligatorio de mascarillas, nos limitaron la libertad de tránsito; y el aislamiento.
Y hubo que adaptarse, a una nueva forma de vida;
y adquirir nuevos hábitos; y ver la vida de otra manera.
(1).
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(2020-1º)-
La pandemia llegó a España: en el peor momento;
y con el peor gobierno, era un gobierno de
Mediocres; y sinvergüenzas.
Los poderes ocultos que gobernaban el mundo desde las sombras, llevaban décadas patrocinando, a mediocres,
ineptos, sinvergüenzas; y débiles, para que gobernarán los partidos políticos; y las naciones.
Y así con esa tropa disminuida, en el poder, los poderosos lograrían dominar gran parte de la tierra.
Los mezquinos ; y los sinvergüenzas gobernaban España, con Pedro Sánchez;(el escorpión); y Pablo (el "coleta morada" ) , a la cabeza, dos mediocres consumados; y con mala leche, patrocinados; y amparados por el establishment mundial.
Ellos estaban llevando al país hacia el precipicio .
Los españoles no estaban acostumbrados, a vivir dentro de la podredumbre moral; y el deterioro que traerían consigo la mediocridad.
A principios del siglo.. XX, el mundo había avanzado;
y progresado, porque los mejores gobernaban.
Cada vez que los mezquinos se hacían con el poder, el mundo retrocedía .
Era una constante de la Historia, más que comprobada.
Jamás un mezquino hizo algo grande por la civilización.
Y cuando los partidos políticos aparecieron, logrando que los más mediocres, vulgares; y egoístas, dominaran el planeta, acabarían con la grandeza; y el mundo empezaría a naufragar.
España, como en otros momentos de la Historia, estába sirviendo como laboratorio, donde se experimentaba, la bajeza del nuevo poder.
España era el país ideal, para que una banda indeseable se estableciera en el poder; y sin miedo, a esquilmarla , porque las leyes permitían todo tipo de abuso político; y porque la ciudadanía, se había hecho cobarde; y tolerante, con el abuso;
y el delito.
Tenía poca virilidad; y ninguna grandeza..
Los dos pedro ; y Pablo, consumados, mediocres que eran, los dueños, de la desgraciada España.
La escasez de verdaderos líderes; y la abundancia de ineptos ; y sinvergüenzas, en las esferas del poder eran los dos rasgos principales del poder en España; y aunque con menos intensidad, también en Europa, en este siglo XXI.
Los mezquinos , los imbéciles ; y los golfos, se apoderaron de las naciones, e impusieron una política que generaba rechazo, asco; y vergüenza, en lugar de ilusión; y esperanza.
La gran revolución de los tiempos, modernos no fueron el éxito de la democracia, ni la expansión del comunismo, ni la revolución industrial, ni el avance científico; y tecnológico, ni el triunfo del Estado de Bienestar, sino la revolución de los peores , que se habían unido; y organizado, tomando el poder;
y convirtiéndolos, en la clase dominante que imponía la ley, (sus leyes).
La invención diabólica de los partidos, políticos;
y organizaciones, cuyo fin era la de tomar el poder;
y disfrutar de privilegios, consiguieron, que ya no serían los mejores, los que gobernarían la tierra.
La inteligencia; y la virtud habían sido echados, a patadas de los palacios; y ministerios, donde imperarían, la mediocridad, la vulgaridad, el egoísmo, la mentira; y el odio.
Desde que los ineptos dominaban, los hombres; y mujeres grandes, e inteligentes, no tendrían cabida en el poder.
Sobre los partidos políticos.
Ya lo dijo
Franco; y por eso no los permitió; y no dejó de advertir, a los españoles, que con los partidos llegarían el retroceso, la pobreza; y el caos.
La vulgaridad , es la gran herejía de la época.
Los vulgares ; y los insulsos se habían apoderado del mundo;
y lo estaban cambiado, todo, desde la política, a la religión, sin olvidar los valores, las costumbres; y las leyes.
El dominio que ejercía la mezquindad era letal; y estaba destruyendo, poco, a poco, todos; y cada uno de los logros;
y conquistas de la civilización, desde la libertad, hasta los derechos individuales; y los grandes valores, pasando por la fraternidad, el buen gobierno; y el reino de la verdad.
Con ellos al frente, el mundo avanzaba hacia la tiranía;
y la selva.
Los que gobernaban España en el 2020. Eran tan arrogantes soberbios; y estúpidos, que no se preparaban para nada, porque confundían el gobierno con el poder.
Y no sabían ser fuertes, ni practicaban los valores; y ni siquiera aprendían idiomas, porque lo único que les interesaba era ganar votos, disfrutar de privilegios, acceder, a una riqueza que antes les estaba vedada; y someter a los otros.
Bastaba echar una mirada a Europa, para descubrir, que la mayoría de los gobiernos estában presididos por gente sin valores.
No había nada mejor que contemplar, a Sánchez,(el escorpión), a Maduro, al Coreano, del Norte; y a otros muchos para convencerse .
Ellos fueron los promotores de las verdades;
y las certezas, arrasadas, por la mentira, la confusión;
y el engaño, el abuso de poder, sustituto de la prudencia;
y el buen gobierno, el egoísmo, la avaricia, la corrupción
, en todas sus facetas; y un manto de impunidad, que cubrían a los poderosos; y les preserva del castigo. Los sinvergüenzas , se agrupan en esas manadas llamadas partidos políticos, porque sabían que separados no podrían lograr nada; y que ni siquiera lograrían destacar en una sociedad libre; y competitiva, pero sabían también: que agrupados serían invencibles.
Como consecuencia, la inteligencia, el honor, el valor; y la virtud estában siendo perseguidos; y erradicados.
En los colegios, los más listos eran acosados, mientras en la vida real, las personas honradas, eran miradas con desconfianza; y apartadas del poder.
El mundo que construirán estos inútiles, sería un infierno, para los mejores; y un paraíso para los imbéciles; y los miserables.
Los mejores hombres; y mujeres no tendrían cabida en esos partidos políticos, controlados por los peores.
Si hombres como: Julio César, Viriato, o Napoleón hubieran pedido entonces, el carnét del Partido, Socialista .
O del Partido Popular o de de "Podemos", de Ciudadanos, o de algunos de los tugurios nacionalistas, pronto hubieran sido expulsados, o les relegarían para siempre, haciendo de recadero.
La ley de hierro de los imbéciles , es que odian a la gente con valor, porque se sienten acomplejados ante la grandeza;
y sólo se sentían a gusto, ante otros que fueran todavía mas necios , torpes; y miserables que ellos.
En 2020 vivíamos un mundo dominado por los necios , a los políticos no se les exigía nada, ni siquiera que supieran idiomas; y tuvieran formación, principios; y valores.
Se exigían certificados de buena conducta; y de preparación académica para ocupar puestos secundarios en la sociedad, pero a la presidencia de un gobierno, a un ministerio, o a la alcaldía de una gran ciudad podía llegar un canalla, inepto;
y medio analfabeto.
Era la política diseñada al gusto de los mediocres, una verdadera, calamidad, dañina para la humanidad;
y la civilización.
La huella miserable de los mediocres no solo se hizo sentir en la política sino que había invadido también, la religión, las artes, la ciencia; y otras disciplinas de la vida.
Los valores habían sido masacrados; y desaparecieron, conceptos claves en el panorama religioso, como la lucha entre el bien; y el mal.
Para los mediocres, el bien; y el mal son parecidos; y ninguno de ellos sabe distinguir fácilmente, la línea que los separa.
Los grandes mensajes religiosos, como el amor; y sacrificio de Jesucristo... "Ama al prójimo", como a ti mismo", a los mediocre les importa un pepino, porque la grandeza no tiene cabida en sus mezquinos mundos de privilegios; y ventajas.
Con ellos llegó el caos.
La mentira sustituyó a la verdad, la democracia fue suplantada por la dictadura, encubierta, de partidos políticos, los valores fueron masacrados, convivían con la corrupción, sin pudor, jamás pedían perdón a los ciudadanos, a los que despreciaba; y nunca dimitían , se enriquecían ilícitamente, eran arbitrarios, funcionaban como una mafia, cobraban impuestos abusivos, despilfarraban, se endeudan sin conocimiento; y se creían con derechos para aplastar a todo el que les impidiera ejercer sus dominios.
Y por ello
Había un rechazo; y hasta odio de los ciudadanos, a los políticos era la consecuencia, directa de la dictadura de los mediocres.
Y a pesar de la ayuda que recibían de la mayoría de los medios afines de comunicación, que eran cómplices de la mediocridad, a cambio del dinero, que reciben.
La gente percibía que estában siendo gobernadas por gentes, sin valores, por tipos vulgares, sin ética ni grandeza, que siempre anteponían sus intereses al bien común.
(2020-2º).
Era una España triste la de Pedro Sánchez, (el escorpión),la que se vivía en el año 2020 ;y comienzo del 2121...
Confinada; y silente;y donde en la calle,se podía oír el sonido de tu propia voz.
Pero no todo estaba perdido, la protesta se extendía desde Madrid al resto de España, a pesar de que la histeria; y la delación no habían desaparecido.
Numerosas protestas, con los formatos más diversos, ante la gestión del Gobierno "escorpión"
El arresto domiciliario decretado por Moncloa, no había vencido al virus, pero si había conseguido, una España sumisa, acongojada ; y cabreada.
Había llegado a un extremo, donde pasear por cualquier ciudad, en el horario legal prefijado por la autoridad, naturalmente producía escalofríos.
Era como si en España hubiera cundido la idea de que es preferible morir, a sobrevivir malviviendo, en mitad de aquella grandiosa estafa.
Era la España confinada; y silente, con miedo a hablar, con miedo a escuchar, al conviviente, con miedo a sonreír.
Una triste caricatura de un país marcado por la histeria, provocada por el pánico al virus; y donde las relaciones; y emociones más primarias resultaban irresponsables, incívicas, e insolidarias.
Se era esclavo, de la posible delación del de al lado; y el vecino, se había convertido en un acusador.
Se recordaba que que más valía morir, que sobrevivir malviviendo.
La marca del demagogo Sánchez; y del ministro Illa.
Montero adulaba al pueblo, mientras, Marlaska llenaba el país de controles policiales.
Pero no todo estaba perdido; y la protesta se extendió desde Andalucía, por toda España.
Además, animada por el Gobierno frente populista, la policía había recuperado su antigua prepotencia; y con chulería manifiesta, obligaba a enseñar las facturas, ha abrir la cesta de la compra, mientras te sancionaba con multas altísimas, o con detenciones sumarias.
Todo ello como prefacio de una tiranía, de corte comunista.
La derecha recupero el término "libertad".
La izquierda seguia pendiente de sus "derechos" , siempre cuantificables en euros.
Es decir, la izquierda ya no reclamaba libertad, reclamaba subvenciones públicas.
Al que se esforzaba con su trabajo, el Gobierno le freia a impuestos.
El presidente preparaba una subida general de impuestos mientras forjaba ingresos mínimos vitales ; y otras maravillas, una sociedad de voto cautivo, que se acostumbraria a cobrar sin trabajar.
No había que engañarse, se caminaba hacia la tiranía, envuelta en una enorme mentira, la de que el confinamiento, socio podemita había sido un éxito.
Lo cierto era que, como se venia repitiendo;y actualizando, sería el desgraciado país en que, gracias, entre otras cosas, a la penosa gestión de el "escorpión" Sánchez, el virus había infectado; y había matado a más personas, en todo el planeta.
Y encima el dúo "Sacapuntas",
exhibíendo su macabra gestión como un éxito.
Pero no fue el confinamiento el que había vencido al virus,
pero si les llevaba directos hacia una tiranía de corte bolivariano, es decir, comunista.
El grito de "Libertad" que resonaba en el país resultaba de lo más pertinente.
Estába claro que lo más cívico era en España, lo más patriótico, era desobedecer al Gobierno, e incumplir las normas.
No resultaría difícil. El presidente habia dictado tantas, que no se las conocía ni él.
Y si no las sabía él, ¿cómo podría cumplirlas el ciudadano?.
(2020-).
En aquella etapa de anormalidad,que se vivía mientras las televisiones; y los medios de comunicación, conducían a aceptar como válida una visión tergiversada de la realidad, que se vivía , estaban desaprendiendo muchas cosas; y no se era consciente, de todo lo que se podía perder .
Se pensaba a sospechar, con la naturalidad con la que se asumía que la excepción, se convirtiera en la regla de vida, porque esa actitud de brazos caídos, estába siendo demoledora en el presente; y el futuro de la democracia.
El miedo a enfermar, o a morir estába cegando la inteligencia;
y se estaba convirtiendo en una sociedad muy obediente, hasta en la cama, porque habían demasiada gente que empezaba a creer que, el país necesitaba palo largo; y mano dura para evitar lo peor, que cantaba Jarcha;y ni era así ni se debia consentir, porque el poder era insaciable; y antidemocrático por naturaleza; y solo aceptaba ser controlado por la sociedad cuando no tenía más remedio. Se estaba aceptando la figura de la nueva policía de barrio, en la que se estában convirtiendo algunos vecinos, que denunciaban a gritos, desde sus balcones, a un hombre, o a una mujer que incumpliendo la norma de confinamiento, había salido a la calle, a correr;
y aplaudían a los agentes uniformados, incluso cuando les reducían con violencia.
En esos casos el poder se frotaba las manos; y se preparaba para restringir aún más las libertades, a tenor del éxito que tenía la dejación de derechos que se estaba aceptando.
Si se seguia así, cuando se pudiera salir a la calle; y se empezara a vivir una vida distinta, a la que se vivía, aunque debería tender a ser lo más normal posible, algunos estarían domesticados; y serían ciudadanos más débiles, frente a los abusos del poder.
Se Necesitaba una rehabilitación democrática, que devolviera el necesario sentido, crítico frente al gobierno;y el protagonismo como ciudadanos, que mediante sus votos los ponían ; y los quitaban .
Era necesario, que desde la moderación; y la inteligencia, se recuperase el papel de dueños del destino, algo que era perfectamente compatible con la aceptación responsable, de las recomendaciones sanitarias, que exigían aquel periodo en aras del bien común.
Pero no era de recibo, que la sociedad se convirtiera en sumisa; y los periodistas, aceptasen sin protestar, denunciar, o resistirse; y que el Presidente del gobierno eludirá responder, algunas preguntas que se le hacían en rueda de prensa, sobre la situación que había , porque ellos al menos, los que no habían perdido la dignidad, representaban aun más aquellos días, a los ciudadanos confinados, que querían saber; y no obtenían respuesta.
Necesitaban una rehabilitación, porque el miedo generaba cobardes, envalentonaba al poder; y ponía en riesgo los derechos.
Si se confundía confinamiento con silencio, se acabaría domesticado; y se seria más débil..
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(2020-3º).
El mundo iba camino de su perdición.
La sociedad que conocían los que tenían sesenta años ;y ya no digo nada de las generaciones anteriores, se habían esfumado, a pasos agigantados. Los principios que aprendieron en su día en la escuela, ya no valían para nada.
Te paseabas por la vida defendiendo el mérito, el esfuerzo, el respeto, la educación, la discreción; y la austeridad.
Quién iba a decir que hasta la Ley iba a proscribir aquel eficaz modelo educativo; y social que todos heredaron con gran naturalidad, de sus padres; y de sus abuelos.
La Ley Celaá, la llamaban , para que nunca olvidarán a la ministra que la perpetró. Una catedrática de Bachillerato que educó a sus dos hijas en Las Irlandesas, uno de los mejores colegios de Bilbao. Religioso, privado; y segregado, por supuesto. Un compendio de todo de lo que abominaba, la izquierda.
Tal era la coherencia de los gobernantes, que deseaban para los hijos de los demás que no nunca fueran competencia, para los de ellos.
La educación debería ser el primer pilar de aquel gran cambio social que ellos mismos promulgaban . Y por eso los políticos, libraban tantas batallas con ella.
De ahí los terribles problemas con la lengua, que como instrumento de comunicación nunca debió generar tanta polémica.
El segundo instrumento, que utilizaban para promover aquel cambio social, era el manejo de los medios de comunicación. De ahí las grandes batallas para controlarlos; y las ingentes subvenciones que se destinaba, a comprar opinión, especialmente cuando decaía el dinero de los anunciantes; y poca gente adquiria ya periódicos en papel.
Nunca había sido tan vulnerable la información que se recibía al peligroso influjo de los que mandaban . La prensa, antes llamada el "Cuarto poder", (por su contraposición a los otros tres clásicos, descritos por Montesquieu, el ejecutivo, el legislativo; y el judicial), estába en fase de refundición: junto con los tres restantes en las manos de los autócratas, sin escrúpulos que gobernaban .
Y la tercera; y más arma letal que utilizaban para conseguir la silenciosa revolución, social acechaba era la de las redes sociales. Mayoritaria mente Facebook ; y tweeter
Una herramienta inexistente hacia pocas décadas que se había convertido en el más poderoso instrumento, de creación de opinión;y captación de voluntades, que se había conocido jamás, el género humano.
Y que estaba eclipsando al periodismo, como fuente principal de información de la mayoría de las personas.
Con la agravante de su acumulación en poquísimas manos, que eran quienes abrían, o cerraban cuentas; y decidían según el sesgo ideológico, de la opinión pública mundial.
Esos tres poderosos cañones (educación, medios; y redes), apuntaban mayoritariamente en una sola dirección: la creación de una sociedad falsamente progresista, identitaria, fanatizada, amoral, laica, irrespetuosa; y subsidiada.
Justo, el modelo de pensamiento único que más útil resultaba a los políticos que dirigían el proceso;y que mejores dividendos generaba a los empresarios, que lo instrumentaban .
Algunos lo veían venir.
Otros, embobados, a diario con la tablet, o el móvil; y con Tele 5 o, La Sexta instalados en la tele;y no se enteraban de nada.
Ni siquiera el mundo liberal, conservador estába reaccionando a aquella brutal transformación, política; y social, cuyo objetivo final era dejarles definitivamente, fuera de juego.
Algunos de sus representantes por comodidad, otros por falta de luces; y bastantes de ellos por cobardía, estában dejando que les cambiasen; y ante sus narices, el modelo con el cual triunfaron sus ideas en muchas partes del mundo.
Porque el nivel de vida de que gozaba la humanidad, en el siglo XXI, no lo había traído el comunismo, sino el sistema capitalista, combinado con los logros de la democracia liberal.
Había que tenerlo todos bien claro.
Por mucho que ladraran los populistas, cuya aportación a la pobreza; y a la opresión del género humano estába sobradamente contrastada.
Para los que todavía sabian leer.
Y es por ello por eso carecían de sentido los intentos del centro, derecha, por desvincularse de la batalla ideológica; y abogar por la mera gestión.
Resultaban más cómodo, para sus representantes; y quedaban genial con el progresismo dominante, pero estában abocados al fracaso.
Porque gestionar la sociedad que habían construido los rivales a la exacta medida, les iba a resultar una tarea imposible
¿Qué podian gestionar correctamente con gente adoctrinada, desprovista de capacidad crítica, sectaria, acomodada al subsidio, hedonista, carente de formación, incapaz de cualquier sacrificio, con un páramo mental invadido por Sálvame de Luxe; y La Isla de las Tentaciones; y desprovista de talento para crear nada?,sólo a la miseria le convenía mucho enterarse.
Luego no había que quejarse.
Teníamos un gobierno social comunista, traidor; y sin escrúpulos.
¿Qué era La demolición
La demolición era una recopilación de las decisiones más importantes, tomadas por el Gobierno que en el último año 2020. demostraban que se estaba ante una estrategia de un gobernante, Sánchez,(el escorpión), que tenía como objetivo, demoler la democracia; y acabar con la Transición; y el sistema constitucional del 78.
Se trataba de derogar la Constitución, de facto sin dejarnos la posibilidad de votar. Parecía necesario poner negro sobre blanco todas estas perversiones del sistema democrático; y del robo de los derechos de ciudadanía. Además, todo aquello no era el fruto de la incompetencia, o sectarismo, sino que formaría parte, de una estrategia aplicada por el (escorpión) Sánchez, aprovechándose de la pandemia, para ir hacia una segunda transición.
La magnitud de esa traición, no se veía con los hechos dispersos, pero sí reunidos en este libro que era una llamada de alarma a los ciudadanos.
No solamente los partidos políticos eran responsables indirectos de esta violencia, también; y especialmente, la gran mayoría de los medios de comunicación lo eran.
Aceptaban que les calificaran de "extrema derecha"; y que, en España, dado el bajo nivel existente, equivalia al fascismo.
Cuando los verdaderos fascistas eran ellos.
Los que ejercitaban aquella violencia, e intolerancia.
Y aquellos, que no la condenaban claramente.
Las campañas, de las elecciones regionales catalanas habían comenzado con episodios de violencia callejera, contra los candidatos contrarios al separatismo, unas imágenes tercermundistas, que ya eran habituales en la política catalana, cuando los demócratas plantaban cara a los independentistas; y sus abusos.
En aquellos primeros días de campaña, se habían producido, no pocos altercados contra VOX, el partido más significado, en la batalla judicial, contra la intentona golpista del 1-O; y cuyos candidatos estában teniendo serios problemas para desarrollar sus actos públicos, con una mínima normalidad.
Santiago Abascal tuvo que ser protegido por la fuerza pública ante una multitud de energúmenos, nacionalistas que le lanzaron piedras, lo que dice mucho de la manera chapucera; y politizada con que la policía catalana incumple, la obligación, de garantizar el desarrollo normal de la campaña. días después se produjeron nuevos altercados en diferentes puntos de Catalunya contra los candidatos del partido conservador, a los que trataron de silenciar por medio de la violencia, sin que, de nuevo, los Mossos d’Esquadra cumplieran con su obligación.
Tenía razón el partido de Abascal al denunciar la complicidad, de la Generalitat, con aquellas constantes agresiones, que sufrían los militantes, simpatizantes; y candidatos, una situación inaudita en países desarrollados, como España que, desde luego, sería respondida por la fuerza pública de muy distinta manera si las víctimas de los ataques hubieran sido de otro signo político.
Todos partidos demócratas, debieron condenar la violencia de los separatistas; y denunciado la impunidad, con la que actúaron, gracias a la complacencia, de las autoridades de la Generalitat .
No en vano eran los propios dirigentes, de las fuerzas independentistas, muchos de ellos con responsabilidades institucionales, los que instigaban los actos violentos, contra los que defendian la libertad de todos los ciudadanos; y la vigencia de la Constitución también en Catalunya .
Era realmente vergonzosa la naturalidad con la que eran asumidos los ataques; y amenazas del separatismo contra una fuerza política perfectamente democrática; y constitucionalmente ejemplar.
El anti fascismo sin fascismo.
Se trataba de un engaño.
A ver si mordían el anzuelo.
Socorro, que nos rodeaban los fascista..
Mientras tanto, los comunistas, a la altura de los nazis estában en el gobierno.
El enemigo que no existía
El uso vago, abusivo e indiscriminado del lenguaje era habitual en el discurso político; y por aquel año 2020...estaba más omnipresente que nunca.
En las últimas décadas, uno de los términos más populares de abuso político había sido "fascista" .
La práctica, del mal uso de esta palabra, alcanzó rápidamente cotas de histeria durante la candidatura presidencial de Donald Trump, en 2016.
Su uso se había vuelto tan indiscriminado, que algunos se quejaban de que la palabra había perdido cualquier significado, preciso, salvo el de desaprobación.
"Fascista", era especialmente útil como peyorativo políticamente , porque el término carecía de un significado, claro, por muy amplio que fuera , al igual que otras palabras comunes como "progresista" , "conservador", o "socialista" .
En cuanto al uso de la violencia; y la búsqueda de una revolución, el término "fascista" podría aplicarse más fácilmente a la izquierda
El término fascista fue adoptado por primera vez, como peyorativo político general por la Internacional, Comunista en 1921; y posteriormente, los propagandistas comunistas, lo aplicaron en numerosas variantes, a todo tipo de grupos liberales-fascistas;y conservadores fascistas, así como a los fascistas italianos.
Cuando el nacionalismo autoritario empezó a florecer en muchos países europeos durante la Gran Depresión, los comentaristas; y analistas serios empezaron a extender el término también a los nacionalistas radicales de derecha; y autoritarios de diversos tipos, algunos más, otros menos, similares a los fascistas italianos.
(2020_4º).
Algo extraño estába pasando en España, cuando los nuevos líderes de opinión, no eran los políticos, ni tampoco los periodistas, sino algunos ciudadanos, que se habían subido a la tribuna, tecnológica desde la que opinaban; y consiguieron recaudar suficientes euros; y seguidores, como para inquietar a los vividores del presupuesto, que secuestra an el derecho a la protesta; y a la libertad de expresión.
Los llamados "influences" funcionaban como comandos autónomos, frente a las divisiones Panzer, de los gobiernos;
y otras instituciones, poderosas que se sentían incomodadas, por aquel desparpajo, con el que se expresaban ; y el número de seguidores que les guardaban fidelidad.
El poder prefería la obviedad de la simpleza, de quienes hablaban de moda, o de la insustancialidad, de sus vidas, a la reflexión contundente de quienes, con más cerebro que músculos, dejaban en evidencia las contracciones.
Esos activistas, de la reflexión, estában impulsando un debate, que no se daba en algunos Parlamentos, entre ellos el de Español , donde resultaba imposible, que un miembro del gobierno respondiera , a preguntas, que legítimamente le habría formulado un diputado, que representará a unos ciudadanos, que le habían elegido en las urnas, porque los políticos no querían que se hablara de los privilegios, políticos ; y ocultaban las indecencias; y blanqueaban a la mínima posibilidad, de que fueran investigados.
Y así entre la ocultación los excesos; y chanchullos, que a veces investigaban los tribunales, de justicia, la ignorancia que promovían , mediante la sustitución de la cultura, por la actividad de los chiringuitos, en los que empleaban a sus fieles; y el silencio cómplice de los seguidores, España era un erial de crítica; y de autocrítica.
No andaban mucho mejor otros países, en los que destacados influyentes, establecían a diario discusiones, argumentadas, entre ciudadanos, sobre asuntos vitales para la defensa de la democracia, que era un valor en riesgo.
A veces me imaginaba la sociedad como un rio caudaloso, de aguas bravas, en cuyas orillas una muchedumbre coreaba consignas, contra los que estánban, enfrente; y que intentaban replicarles con argumentos. No les diferenciaba la ideología, sino su capacidad para reflexionar; y que unos; y otros releyesen, el clásico "Rebelión en la granja" de George Orwell, cuyo mensaje metafórico explicó en una entrevista en la que decía.
Las únicas emociones que tendríamos en el mundo serían el temor, la rabia, el triunfo; y la auto humillación.
El instinto sexual sería eliminado.
Y se aboliria el orgasmo..
No habría lealtad, salvo partido.
La intoxicación de aquel poder existiría para siempre. Existiría la emoción de la victoria; y la tentación de pisotear al enemigo que estába indefenso. Imagínense una bota, que aplastaría a un rostro humano, para siempre.
Esa sería la imagen del futuro.
La moraleja que se desprendía de esta peligrosa sensación, de pesadilla, era simple.
No dejar que ocurriera, había que defenderse .
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(2020-5º).
(Cuando España perdió la cordura)..
No sé, si sentía más pena que rabia, cuando veía a la gente, que se apartaba de mí, cuando estaba comprando, o cuando me veían venir; y se cambiaban de acera, porque no llevaba la mascarilla puesta.
Por aquel tiempo; y perdone quien no piense así, que "el que era un "simple" antes del coronavirus, con el bicho lo estában haciendo ser un idiota.
Porque si antes no lo era ahora ya se encargaban algunos de hacerlo".2020_8).
"El que controla el pasado, controla el futuro"
(George Orwell, "1984").
Nos separaron ; y nos lanzaron los unos contra los otros. "Tragacionistas", contra "negacionistas;" y entre tod@s, les hicieron el trabajo sucio; y crearon el malestar, el rencor; y la división en beneficio, de quienes habían implantado aquella perversa manipulación, engaño; y opresión.
Lo grave fue que no iban juntos en aquella tarea de "reconstrucción" se había desvanecido el poder devolver, el tiempo de la alegría; y la ilusión; y en definitiva el tiempo de vivir, que se había sustraído, a cambio de una "seguridad" que no era nada más que el control; y obediencia.
Si no se restauraban los puentes de la confianza; y la
comunicación entre tod@s, se quedarían a merced de
aquellos
que les habían abocado, a aquella situación, de la que no
tenían ningunas ganas de salir, sino de acabar de hundirse
en ella.
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(2020-6º).
Pedro Sánchez,(en el 2020), no necesitaba malas compañías:
Quiero decir más, de las que ya tenia porque dos de los
personajes que le susurran al oído eran especialmente nefastos
para la dignidad de nuestro país, en el ámbito de la política internacional Zapatero; y Pablo Iglesias.
Ambos tenían intereses personales; y económicos desde hace
años
con la dictadura de Chávez en su momento; y con la de Maduro
en la actualidad; y seria posible que acabasen siendo investigados
por la justicia, porque existían denuncias, testigos; y evidencias
que lo confirmaban.
La pista más reciente implicaban al ex embajador Raúl,
embajador en caracas durante el gobierno de Zapatero.
Por aquel entonces, Juan Guaidó, Presidente encargado de
Venezuela; y reconocido como tal por la mayor parte de los
países democráticos, entre ellos España, visitaba nuestro país;
y no seria recibido por Pedro Sánchez, mientras que otros
líderes europeos si tuvieron tiempo, e interés por encontrarse
con él,
pero ya se sabia que el inquilino de la Moncloa, carecía de
principios, o de coherencia;
y lo que para él era válido ayer, hoy había caducado.
También en aquel año,(2020), el ministro Abalos ("aquel que a
mi me gustaba tanto"), se había reunido con nocturnidad;
y negando la evidencia de ese encuentro, con la vicepresidenta
de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez un personaje que tenia,
prohibido recalar en algún país del espacio.
Durante horas negó que se hubiese producido ese encuentro,
porque tenia a quien parecerse, a la hora de mentir, aunque al
final no tuvo más remedio que reconocerlo porque la propia
policía
del aeropuerto, de barajas declaró que así había sido.
En Venezuela se estában cometiendo atrocidades contra los
derechos humanos, de sus ciudadanos, asesinatos, torturas, desapariciones, hambruna, falta de medicinas, mientras que sus gobernantes les robaban a sus compatriotas los recursos
económicos; y la libertad.
El gobierno español ignoraba estas atrocidades; y actuaba
como abogado defensor, de los intereses del dictador Maduro.
En ese mismo año
hubo una concentración de ciudadanos, en la plaza del Sol
de Madrid para escuchar a juan Guaidó, que tuvo la elegancia,
de decirle a Sánchez que espera poder recibirlo pronto, en el
Palacio de Miraflores.
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(2020-7º).
Todos fuimos culpables.
Y aunque Pareciera el título de una película reflexiva; y juiciosa, dirigida por Clint Eastwood, pero no, no lo era .
Y cualquier parecido era pura coincidencia, para interpretar cabalmente los tiempos de desorden; y locura que dictaban nuestra clase política; y que estába perturbando la capacidad de análisis.
Y todos, unos mas que otros, fuimos culpables.
Unos por instalarse en aquel tiovivo, que giraba sin tregua, por instalarse en una noria, en una montaña rusa que ascendía ; y descendía sin parar; que fijaba directrices aleatorias, e insólitas que se alejaban definitivamente, de los objetivos que antes se soñaba, en poder alcanzar.
El presidente del Gobierno,(el escorpión Sánchez),seguía obstinado, con afianzar su errático; y contradictorio relato; y decir sistemáticamente, digo donde antes decía Diego, decir E. R. C;
y Bildu, mientras establecía vínculos engañosos con
"Ciudadanos" , momentos antes de insultarlos en voz alta;y siguió mareando la perdiz en sede parlamentaria; y lo malo era que
todos éramos la perdiz.
Mientras, continuaba la crónica diaria del crecimiento
del covid_19 que no cesaba, con su negra estadística
de muertos, de hospitalizaciones, e ingresos, en las ucis.
Ya era tan cotidiana, que se desdibuja su importancia en
un país de rebrotes reiterados, con diecisiete autonomías,
incapaces de poder ejercitar una política común frente
al virus asesino.
Política común que difería en los datos de la pandemia, que se comunicaban de manera caprichosa, e incluso falaz, en los
protocolos aplicados, a los colegios, en el juego perverso que utilizaban, a los escolares, en las acusaciones, contra Madrid, designada por el poder gubernamental; y mediático, kilómetro
cero de la pandemia que nos asolaba , para encubrir luchas
políticas, con supuestas mociones de censura incluidas, e incompetencias ajenas.
Todos fuimos culpables, unos por el silencio, o por haber
participado únicamente como espectadores, del vergonzoso espectáculo, vergonzoso de aquella clase política; y por haber
asistido impasibles, al desmantelamiento sistemático
de España
que era dirigida por una coalición, contra natura que anteponia ideología, a patriotismo. Culpables por la sumisión; y por
los miedos propiciados; y mantenidos en un momento en que se comenzaban, a cercenar las libertades civiles.
Nos convirtieron en una sociedad de "comodismo".
de la que todos éramos culpables.
Por supuesto, unos más culpable que otros.
(2020-8º)
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El año (2020) fue el año en que aquellos que decían frases como "Vive cada día como si fuera el último", o "de algo hay que morirse",
tuvieron que reconsiderar seriamente sus palabras.
Si algún lugar común era aplicable, era decir a todas las víctimas del coronavirus, que se contagiaron por divertirse en una fiesta, que efectivamente, "nadie les quitaría lo bailao".
A los que les gustaba hacer predicciones apocalípticas, también se habían quedado con los crespos hechos, pues lo que amenazaba acabar con la humanidad, no fue un meteorito, ni una explosión nuclear, ni una invasión de aliens.
Peor aún, el fin del mundo no se parecía en nada a lo predicho en la Biblia, sin importar lo mucho que se intentara dar vuelta a las palabras allí escritas.
A propósito ¿Qué habría pasado con aquellos que decían que todo estaba predicho en las centurias de Nostradamus? .
En cambio, para los que creían teorías conspirativas, ese fue su año.
Si se creía lo que se decía en internet, los chinos crearon un virus en un laboratorio con apoyo de los americanos; y lo habian transmitido a través de las redes 5G, para que Bill Gates insertara un chip dentro de una vacuna; y pudiera dominar el mundo.
Si esto era cierto, la guerra fría entre Estados Unidos; y China
era puro cuento; y la vacuna de los rusos no existía sino que
era pura propaganda comunista.
En lo que sí todos parecían estar de acuerdo era en que ese
había sido un año para el olvido.
Al menos aquel año, los pesimistas habían ganado la partida
a los optimistas.
Los que veían el vaso medio lleno lo veían cómo se vaciaba rápidamente.
se recordaba cómo al inicio del encierro obligatorio ,decían
que se saldría en poco tiempo convertidos ; y siendo mejores
personas, más conscientes con el mundo; y con la humanidad,
que entonces sí se aprendería la lección, en un ánimo de
esperanza que no se veía desde el verano del amor de los 60s.
Y se preguntaban qué es lo que en realidad hacia falta para que
se aprendiera, después de esto.
Entonces veíamos el paisaje con otros ojos.
En algunos casos, con lentes empañados por el uso de
la mascarilla.
Al principio se creía que tras los rostros semi ocultos
por la mascarilla había rostros que se reían de todos, o caras
con gestos de desaprobación, incluso de desagrado.
Luego se cayo en la cuenta de que la gente seguía siendo
la misma;
y si les quitara las máscaras, seguirían viendo en las calles
la misma inexpresiva cara de palo que siempre se vieron.
(2020-9º)..
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"No dejaba de ser perro el perro, por no llevar ni collar ni tener dueño".
Y "no estaría tan caro el pan, si no lo comiera tanto olgazan"..
España tenia más políticos colocados a sueldo que los Estados de: Alemania, Francia e Inglaterra juntos.
Los gobiernos autonómicos, los parlamentos; y los cientos de chiringuitos inútiles; creados por los políticos,
solo para colocar a sus amigos, pesaban sobre la economía española como una losa de plomo.
Sin el lastre terrible de la política, España hubiera sido una de las naciones más prósperas de Europa, pero lastrada por
casi medio millón de "parásitos", se debatía entre la ruina; y el esperpento.
La gran desgracia de España tenia un nombre, los políticos.
Y si los políticos eran los parásitos que empobrecían España, los periodistas eran sus grandes cómplices,
pues sabian que el tamaño del Estado español era insostenible;
y ruinoso; y a pesar de eso lo defendían; y lo ocultaban cada día.
Que los políticos eran el mayor problema de España;
y que se sabia; y se sufría en la desgracia, impotentes,
sin poder hacer otra cosa que denunciar el inmenso abuso.
Tan sólo en nóminas, las 17 comunidades autónomas
gastaban 72.000 millones de euros;
y si a aquel gasto se agregaban otros lujos; y privilegios
prescindibles de la clase política, como coches oficiales,
aviones, fondos reservados opacos, dietas, pensiones vitalicias, un senado inoperante, diputaciones fácilmente,
sustituibles, legiones de asesores contratados;
y sobre todo, el mantenimiento de los cientos de instituciones;
y empresas públicas inútiles, creadas únicamente
para satisfacer el ego de la clase política; y para colocar a
amigos;
y compañeros de partido, el gasto superfluo; y prescindible
del Estado se acercaba
a los 250.000 millones de euros anuales, casi una cuarta
parte del PIB, de toda la riqueza que creaba la nación,
una locura esperpéntica, injusta, opresiva; y quizás
delictiva, porque mantener aquel monstruo obligaba al país
a endeudarse hasta la demencia, a reducir la calidad de
los servicios públicos; y a exprimir a los ciudadanos
con impuestos insoportables, e injustos que deprimían
la economía; y generaban infelicidad; y angustia.
Si al dinero que costaba el Estado enfermo, de
obesidad se le agregaba el que España perdía en cada ejercicio
como consecuencia de la corrupción; y el robo, la sangría era
tan dramática; y deleznable que reclamaba una
rebelión cívica contra tanta injusticia; y abuso.
Y que el pago de las pensiones; y la calidad de la enseñanza;
y de la sanidad estuvieran en peligro en España,
mientras se mantenía el despilfarro de un Estado monstruoso, constituía tal indecencia que,
en cualquier país verdaderamente democrático,
sería considerado delito, pues prevalecían, de manera reiterada;
y consciente, los intereses de los poderosos sobre el interés general;
y al bien común.
El tamaño del Estado en España, contraía la economía, disparaba la corrupción, obligaba a realizar recortes injustos;
y condenaba a los ciudadanos a recibir del Estado servicios;
y prestaciones que muchas veces eran tercermundistas.
La parte más ilustrada; y consciente del país conocía esa
tragedia, pero guardaba un silencio cobarde;
;y cómplice porque tenia miedo al poder; y porque,
de un modo u otro, muchos se beneficiaban del Estado gigante,
corrupto; y despilfarrador.
Pero los principales culpables del drama, después de los políticos, que eran los depredadores insensatos,
que habían construido; y mantenían aquel Estado demencial,
eran los periodistas, a los que la democracia;
;y la ética obligaban a denunciar el enorme abuso que
aquel Estado obeso; y enfermo representaba para España,
un Estado que generaba pobreza; y que era el culpable
directo de que uno de cada cuatro españoles,
estuviera en situación, o en la frontera de la pobreza;
y de que cientos de miles de jóvenes;
;y desempleados no encontrasen sitio en la economía;
y estuvieran siendo privados del derechos básico;
y constitucional,
a disponer de un puesto digno de trabajo que le permitiera vivir.
Cuando se contemplaba el despliegue de la televisión;
y de los medios para aplaudir; y celebrar la llegada
del nuevo gobierno, se sentia pena; y miedo ante tanta
mentira; y engaño.
En lugar de celebrar la fiesta de los
verdugos tomando posesión de sus cargos, la sociedad
española lloraria porque tenia que mantener a nuevas
oleadas de parásitos que, sin necesidad alguna, se disponían
a encaramarse a la teta del Estado para ordeñarla sin piedad.
Jueces, periodistas, intelectuales, profesores universitarios, empresarios, profesionales; y los ciudadanos conscientes
del país, debieron unir su voz para denunciar la locura de
un Estado que, según los expertos, era por lo menos
cinco veces mayor de lo que resultaría lógico;
y necesario, todo un derroche de gasto injusto;
y escandaloso que se mantenía sólo porque la clase política;
y sus cómplices, no tenían sentido alguno de la justicia, de la democracia ni de la decencia.
(2020-10º).
Cuando cada día me sentaba frente a dos pantallas, la de mi "laptop"; y la del mundo; y me esforzaba en conseguir, meter en la primera todo lo que me sugería la segunda.
Era un ejercicio que realizaba en silencio con la intención de descubrir, los secretos evidentes que pasaban inadvertidos, a quienes habían dejado que otros les programasen sus pensamientos; y le dibujasen la visión que debían tener de la realidad que les rodeaba; y que a veces, les acosaba .
Los pasos que se dieron en la vida, habían que caminarlos, sin la necesidad de que nadie digera , dónde se tenían que colocar los pies, porque, aunque a veces se agradecía el consejo, nadie antes que uno mismo se había metido en los zapatos de otro .
Durante la gran parte de la vida se podrían leer libros, ver películas, o representaciones teatrales, pasear por el campo o la sierra por el mar ; y por la montaña, hablar, o escuchar, conversaciones, en idiomas cercanos, o extraños.
Se podría discutir con pasión; y hasta convencido con argumentos; y aunque durante aquellos andares, te cruzarás con gente fanática, o muy inteligente, jamás como hasta el año 2020, la vida condujeron, a un país de profetas; y robotizados , que en sus cabezas solo tenían consignas.
La verdadera revolución pendiente del siglo XXI, sería la rehabilitación de las conciencias, como espacios independientes, del pensamiento, porque la democratización de la estupidez, había corrido en paralelo a la construcción, de numerosos escenarios mediáticos, a los que accedían sin ningún pudor, los nuevos pobres del universo, que no eran los que pasaban hambre, sino quienes carecían de criterio propio.
Proteger las mentes, que era el lugar sagrado, que se empeñaban en profanar, los ladrones de esperanzas que intentaban colonizar los pensamientos; y robar las ilusiones. Querían meterse en las cabezas, no para descubrir qué era lo que se tenía dentro, sino para vaciarlas de ideas propias; y rellenarlas de elementos prefabricados.
Hubieron algunos momentos cumbres de la estupidez, que se fueron grabando todos los días, cuando alguien con una cámara hacia una encuesta en la calle; y descubría respuestas que nunca nacían de la reflexión, sino de la consigna; y lo más triste era cuando una víctima de la ignorancia; y del maltrato político, defienda la honestidad, de los sinvergüenzas, que les mantenían en esa situación.
Se nacia solo, Se moría solo; y el trayecto que va desde el principio al final de la existencia, en el mundo, habría que hacerlo con la conciencia de la singularidad, aunque se viviera felizmente; y acompañado de la gente, que nos amara .
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(2020-11º)..
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Pedrosa