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Como si fuera materialmente imposible e improbable conseguir una respuesta repetitiva de la frase anterior y de carácter aceptablemente paciente. Nadie ayudará si no ven un problema. De esta fórmula “a guión cerrado”, hay muchas, muchas variantes, con y sin participación oyente. En la modalidad “con personajes”, incluiríamos el famoso “Confío en ti”, episodio repetido hasta la saciedad a la hora de caminar desorientadamente por una ciudad y decidirse a preguntar por la ubicación del lugar del destino.Si se va acompañado, lo más común es que el sordo formule la pregunta, asienta con la cabeza, mire hacia donde señalan las manos (y, con esto, pierda unos segundos imperdonables de lectura labial) y, finalmente, lance las palabras mágicas a su compañero de aventuras: “¿Te has enterado? Pues, vamos”. Pobre de la persona sorda si el fiel Sancho Panza que lo escolta desatendió un ápice.
P.D. Necio es vivir toda la vida pobre para morir rico..