¡¡¡A cascarla!!!.
En España tenemos gente que se ha apuntado a la moda de decir que ellos son ciudadanos del mundo que como imagen poética o sencillamente esdrújula está muy bien, pero en el fondo es una "gilipolluá", que diría el recordado Tip, porque esa condición jurídica no existe, y si no que se lo pregunten a Arnaldo.. Otegui al que las autoridades norteamericanas no le han dejado que viaje a Cuba en un avión, que sobrevolaría el espacio aéreo de los Estados Unidos, porque lo tienen fichado como un terrorista, con pasaporte español.
Yo animo, a quienes desprecian a su país de origen; y aspiran a ser otra cosa, que vuelvan a ver la película "La terminal", protagonizada por Tom Hans; y dirigida por Steven Spielberg, que relata una historia real sucedida en Francia; y recreada por Hollywood en Nueva York, en la que un ciudadano de un país imaginario en el que se producido un golpe de estado, mientras viajaba a Estados Unidos, se queda en un limbo jurídico que no le permite ni entrar en los Estados Unidos ni regresar a su país.
Aquí son muy aficionados a sacar pecho, con sujetador o sin él; y a jugar de farol, los que se creen imprescindibles en un país al que le sobran fantasmas.
Es cierto que España es uno de los lugares en los que hay más bocazas que espadachines; y por eso tenemos overbooking de "tontos esféricos" que se sorprenden cuando descubren que no les echa de menos ni la vecina del quinto, ¡que ya es desgracia!, porque es tradición que esté bastante buena.
Los famosos, notorios que se pasan el día amenazando con irse de España; si lo que ocurre aquí no coincide con sus afectos políticos, deberían saber que este país ya le dolía a Antonio Machado; y a Miguel de Unamuno, porque entre nosotros es tradición el inconformismo; y nos produce tristeza la desvergüenza histórica de nuestros dirigentes.
Es muy probable, que a todos los españoles nos duelan los males; y los desvaríos de lo que sucede en nuestro suelo patrio, pero esto no es Cuba ni la antigua URSS; o la RDA. Aquí no hay fronteras, que limiten el derecho de circulación hacia otros lugares. La limitación la ponen esos países admirados, que cada día son más restrictivos, a la hora de aceptar turistas por razón de ideología.
Por cierto, entre los que lamentan cómo es España hay algunos se quejan de cómo son los españoles, que no van a ver su película, sin plantearse que muchos de los que no se consideran españoles tampoco le han dispensado el favor de comprarle una entrada.Si no quieren vivir en España que se larguen con viento fresco..
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Pedrosa