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domingo, 18 de marzo de 2012

La crispación...

Tengo una amiga, lectora y seguidora de mi Facebook; (Manoli Miralles); que siempre me anima a escribir, (lo cual le agradezco). sobre lo que acontece en Pineda de Mar (Barcelona) A esta amiga siempre le gusta cuando escribo sobre “política” y; .(de lo bien y lo mal de como los politicos actuan); dice que le gusto mucho porque lo hago objetivamente; y con argumentos.. Yo creo que la política lo inunda todo, tiene unos largos tentáculos que llegan a todos los rincones de nuestra vida, nos influye y condiciona de tal manera nuestra existencia; que puede trastocar, (y de hecho lo hace),nuestros pensamientos.. hoy, quiero publicar un articulo dedicado a la crispación, que aunque parezca que hablo de política, en realidad no es así, porque de lo que quiero hablar es de puros pensamientos. y sentimientos.Estaréis de acuerdo conmigo en que la crispación es un sentimiento; que últimamente la mayoría de nosotros experimentamos muy a menudo.Seguro que esa palabra ha sonado y suena sin parar en vuestros oídos en los últimos tiempos. La crispación se extiende como la pólvora y va haciendo mella en nosotros. Sólo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor, poner un poco de atención a lo que se comenta, encender el televisor, abrir un periódico o mantener abiertos ojos y oídos para poder sentirla. No se ve, ni se toca, pero se huele, se hace notar. El pensamiento y la crispación; nos acompaña como una sombra pegada a nuestros talones, y nos hace saltar a la mínima de cambio, en cuanto se nombran determinadas cosas: paro, sindicatos, huelga, copago, impuestos, y una serie de innombrables que tienen la facultad de destapar pequeñas cajas de Pandora que, al parecer, y aunque a algunos les haya cogido por sorpresa, todos tenemos en nuestro interior.En medio de una crisis a la que, por cierto, empiezo a pensar que ese nombre le queda tan sumamente pequeño que parece un cruel eufemismo, nos dedicamos a malgastar energías en exasperarnos con el gobierno actual, con el anterior, con el jefe en el trabajo, con los compañeros, con el vecino, con el tendero, con el conductor del autobús, con el de al lado, con los amigos, etc..Estamos divididos, continuamente cabreados y enemistados con todo aquél que no piense como nosotros, pagamos nuestra irritación con los que tenemos más cerca y nos hemos vuelto tan suspicaces que tenemos la confianza completamente minada. Un panorama desolador, aunque nadie pueda decir que no tengamos razón, es más, si no nos comportáramos de ese modo quizás no seríamos nosotros, genuinos españoles, ya sabéis, aquello de la sangre caliente que nos sirve para justificar, en cierto modo, la visceralidad de nuestras acciones.A pesar de todo, personalmente he comprobado que después de enzarzarme en discusiones apasionadas defendiendo mi postura, de despotricar contra lo que no creo justo, poner verdes o justificar a los políticos, renegar de sus decisiones o apoyar otras con determinación, etc... después de haber malgastado mi tiempo en irritarme, enfadarme y crisparme hasta la extenuación, lo que he conseguido es: nada.No existe la menor posibilidad de que los criterios de los demás, cambien sólo por el hecho de que yo defienda otros, por muy argumentados que estén, del mismo modo que yo tampoco lo haría. Pero lo que cada vez tengo más claro es que la crispación nunca nos llevará tan lejos como la solidaridad; en arrimar el hombro para salir de esto, una solidaridad de todos, incluidos los mismos políticos objeto de nuestras críticas y motivo de la crispación. Mi amiga se sentira contenta porque creo que le gustara esta entrada de hoy, para ella escribi este articulo influeiciado por la experiencia en otras personas,,



P.S. Crispate lo menos posible porque los problemas vienen solos....

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