Muchas veces me he preguntado: ¿Hay voluntad de acabar con la mendicidad?.
¿qué tiene que haber vivido o dejado de vivir un ser humano como yo, para terminar viviendo en la mendicidad? ¿Es en realidad su única posibilidad para lograr la supervivencia o hay otras que no quiere o no sabe tomar?.
En todas partes y países, por más prósperos que sean, existe alguna forma de mendicidad. Lo que pasa es que en las naciones más prósperas estos personajes cuentan con subsidios estatales y tienen seguridad social; y su número es mucho más reducido que el que hay por estas latitudes.
Los mendigos y limosneros son tan antiguos como la sociedad, y su presencia está documentada en textos milenarios y en la literatura. En La Odisea, Ulises se disfraza de mendigo para ir a darle un vistazo a Ítaca , a su amada Penélope y a su hijo, Telémaco, sin que estos lo reconozcan.
Pero, detrás de esa mafia (que dicen algunos que hay); hay un problema social distinto al que cuentan las apariencias. Este es un mercado que apela a la lástima para obtener millonarios dividendos, que en muchos casos no se van al bolsillo de los mendigos.
El negocio de la mendicidad está alimentado por hordas de individuos; que llegan al punto de diseñar estrategias que incluyen guiones lastimeros o amenazantes; rudimentarios espectáculos circenses de malabaristas;
y de hombres que escupen o tragan fuego.
¿Qué indignidades tiene que haber padecido en carne propia una madre; que es capaz de alquilar a sus hijos y prestar a sus hijas para favores sexuales, por unos pocos Euros, sin que esto les importe?.
Entonces, aquí es donde me pregunto: si este negocio es un secreto a voces, ¿por qué los Gobiernos no toman medidas radicales?; ¿por qué las menores siguen siendo prostituidas por adultos que las venden sin ningún asomo de humanidad, en las narices de todos?;¿por qué sigue ocurriendo esto, si las autoridades lo saben?; ¿por qué no llevan a la cárcel a estos delincuentes que explotan a los más desvalidos de nuestra sociedad?.
Hoy un ciudadano de Pineda de Mar (Barcelona); tiene la preocupación por el espectáculo que ha visto. Pero lo más grave es que si hablas con el algún concejal del Ayuntamiento, resulta evidente que la administración municipal conoce el problema, pero no puede mover un dedo por motivos políticos, hasta los más desprotegidos no son más que herramientas.
¿Cuáles son esos motivos políticos? ¿Votos? Todo esto huele muy mal. Esa es la clase política que parece que nos merecemos.
P.C.A. Justicia doy pero para mi no tengo....
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pedrosa