En politica se puede ser cualquier cosa menos ingenuo, y la vida nos enseña que si uno dialoga con quien quiere robarte la cartera y abusar de tu familia y no hace nada para defenderse, lo único que conseguirá es darle bazas al agresor y convertirse en su víctima.
Los que piden más diálogo con los secesionistas catalanes que están dando un golpe de Estado en España, han transitado el camino que separa a la gente bienintencionada de la gente ingénua.
A esos políticos - estoy hablando de Pablo Iglesias - que tras entrevistarse con Rajoy insisten en que para resolver el problema hay que convocar un referéndum vinculante porque si lo pierden los indelendentistas " dejarán de joder con la pelota", no sé si llamarles ingénuos, mal informados o simplemente ignorantes, por no emplear otro término más castizo que podría ofenderles.
Parecen desconocer que la naturaleza de la víbora es morder a su víctima, la del ladrón es llevarse lo que no es suyo y la del tanto es creerse que puede resolver las amenazas que recibe haciendo una reunión de vecinos.
En Cataluña, entre sus políticos,existe la tendencia a asociarse para delinquir, y ya hemos visto que no les basta con robar, sino que para seguir abusando de sus víctimas, necesitan exteder su organizacion mafiosa a todas las estructuras de su actual Comunidad Autónoma.
No pueden soportar que la policía investigue sus cuentas ni que los jueces les llamen a declarar, y por eso necesitan la independencia para convertir a su territorio en una gran cloaca al margen de la ley.
Por eso me sorprende sobremanera que Iglesias insista en su propuesta y llame inmovilista al resto de los partidos políticos que han decidido actuar conjuntamente contra los que se chotean de la Constitución.
¿ En qué consiste el diálogo con los secesionistas catalanes que propone Pablo Iglesias ? Por más que insiste en proponerlo no lo explica suficientemente bien porque los independentistas no están dispuestos a aceptar otra cosa que no sea irse de España.
De hecho las recientes elecciones autonómicas celebradas en Cataluña fueron calificadas de plebiscitarias por los convocantes, y en las urnas hubo más votos de los que querían seguir siendo catalanes y españoles que los de Juntos por el Sí, pero ellos no han respetado el resultado.
Yo no me fiaba antes de Pablo Iglesias y los dirigentes de Podemos, pero ahora mucho menos, porque, en el momento más grave de España, se ponen de perfil, llaman inmovilistas a los que quieren cumplir la ley y piden ingenuamente una nueva oportunidad para los ladrones de carteras y de ilusiones.