Que cada uno busque su Ítaca particular en esta vida. Yo ya he encontrado la mía, dejando atrás Calipsos y sirenas…Érase una vez un alcalde al que se le encontró debajo de su colchón un fajo de billetes. Había también un arquitecto que en vez de vigilar la legalidad la incumplió, y unos funcionarios que hicieron la vista gorda. Todos cobraron a la vez, por eso la Justicia actuó y el alcalde fue expulsado de su partido imputado por un juez. Érase una vez otro alcalde que firmó la construcción de cuatro chalés en un suelo no autorizado. Había también un familiar de un miembro de su gobierno propietario de una de las casas y una inmobiliaria que las puso en venta desde un local propiedad del regidor. Todas esas cosas irregularidades sucedieron también a la vez, pero cuando la Justicia actuó el partido del alcalde le ofreció un abogado para sacarlo del estrés.Érase una vez unos principios políticos. Unos principios para los malos y otros principios para los menos malos. Había también un lobo malo para la corrupción y un lobito bueno para las irregularidades. Así como una ética para el delincuente que trinca y un abogado para el que comete delitos sin trincar. Unas ilegalidades grandes y otras ilegalidades pequeñas, así como un moral para Andalucía y otra para cada provincia, al igual que había anuncios de dimisión una semana y dimitidos que no dimitían a la semana siguiente. Todas estas cosas pasan alguna vez, cuando la moral se estruja y la vara de medir se pretende volver del revés.
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Pedrosa