El “sólo sé que no se nada” socrático se ha transformado en la sociedad contemporánea en; “yo soy el que más sabe y los demás son tontos; y no tienen ni idea”; todo un elogio a la estupidez y ignorancia humana.
En estos últimos días insistentemente golpea mi mente la famosa frase, atribuida al genial Sócrates: “solo sé que no se nada”, como un aserto lleno de “sapiencia e intensidad”. El hombre sabio es el que es consciente de su limitación y, desde su más absoluta humildad, reconoce la grandiosidad de la realidad; y la complejidad de su naturaleza y la de sus semejantes.
Ojeando a primera hora de la mañana el facebook en toda su extención, no sin cierta desidia, me sorprendo al contemplar la insensatez e ignorancia de algunos “supuestos dirigentes de la sociedad civil”. Representantes del mundo de la politica; que llevan en la politica más de 10 años, y que recientemente por haber accedido al mundo de la gestión de su comunidad, se permiten, en un encuentro "feisbuquero", criticar y tirar por tierra la gestión de sus predecesores, justo en el ámbito que a ellos les correspondía haber potenciado durante esos años de gestión de los otros, (ya se sabe que “la mejor defensa siempre es un buen ataque”). No aportan ideas innovadoras, ni dicen cómo quieren llevar a cabo su nuevo proyecto, solo “descalifican por descalificar”, críticas vertidas en el calor del autobombo y el egocentrismo fatuo. ¿Es que estos señores politicos no saben que la politica, al igual que en cualquier otra empresa humana, solo se avanza apoyándose en el trabajo de los que nos han precedido? Claro, que si los que preceden en la materia son ellos mismos, no me sorprende que tengan que “echar balones fuera”.
Esto ejemplo muestran la incoherencia del ser humano, cuando éste no está animado por valores morales y por las grandes ideas que albergan la mente humana virtuosa. A todos ellos, humildemente les recomiendo que lean con intensidad la ética de Aristóteles, donde se dice que el hombre virtuoso es el hombre que equilibra y armoniza su naturaleza con el cosmos, exigiéndose para ello humildad, prudencia, templanza y, ante todo, valentía.
P.D. Honradez.Transparencia. Honestidad,,,
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Pedrosa