"Los delitos cuya competencia correspondía a los Tribunales de la Inquisición, resultaba aún más sutil cuando se trataba de reprimir delitos cometidos con la palabra. En ellos, era necesario determinar si la expresión había sido usada de manera adecuada y, sobre todo, si exteriorizaba un determinado sentimiento o un propósito ya en sí constitutivo de delito. La palabra puede provocar escándalo, pero el motivo de su uso podía constituir delito y, justamente, el proceso trataba de determinar la correspondencia entre el pensamiento y su formulación".
¿Vuelve la Inquisición?..
Esta sucediendo casi sin darnos cuenta, que la Inquisición vuelve a dominar los estamentos jurídicos; y aunque antes fue "santa", ahora es política. Porque el inquisidor te castiga, y te acusa cuando no cumples con sus ritos; de creer en todo lo que él dice y castigándote con la prisión de tú libertad de expresión; coartan dote para que no denuncies los desmanes de algunos políticos, ahora al que no esta con ellos, les llaman y les tratan de herejes; y les persiguen con unas leyes injustas puestas por ellos y para ellos "los ricos" las leyes injustas establecidas, solo para castigar a quien no este con ellos..
En 1798, fue Antonio de Burgos, soldado distinguido del Regimiento fijo de Ceuta, quien llegó a expresar abiertamente sus ideas contra la institución que, a su juicio, restringía aquélla. Para este sujeto, "el entendimiento del hombre estaba oscuro porque los eclesiásticos no le dejaban libertad para hablar lo que él sabía", concepto al que acompañaba su demanda de que se permitiera "toda lectura de libros". En términos parecidos se manifestó por las mismas fechas el gaditano Juan de Cárdenas, a quien se atribuyó haber afirmado que "había llegado el tiempo de las verdades y de que nos quitaran cierto vendaje de los ojos con que nos tenían engañados los papas, los clérigos y los frailes; que los primeros habían concurrido al exterminio de muchas personas poderosas y principales del mundo y los demás, con la sombra de la religión, a engañar a los incautos y melancólicos". P.C.A. ¿Quien nos defenderá en este caotico siglo XXI?.
Declaración Universal de Derechos Humanos. Artículo 19: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
Constitución española. Artículo 20: 1. Se reconocen y protegen los derechos: a. A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. b. A la producción literaria, artística, científica y técnica. c. A la libertad de cátedra. d A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. 2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa. 4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
El derecho a la libre expresión es esencial a la lucha para el respeto y la promoción de todos los derechos humanos. Sin capacidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios, el hombre está condenado a la opresión.
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