Y arriba del puente, las cosas pendientes. La gente que pasa, que mira y no siente. Porque hubo un momento en el que pensamos "nosotros estamos a salvo" y "nada malo puede ocurrir". Tumbábamos nuestras penas al sol y cuando sentíamos demasiado calor nos bebíamos una Cruzcampo. Qué rica, la Cruzcampo.
Hombre, si hacía calor y así a la orilla de un rio, una cerveza fresca sabe a maravillas.
ResponderEliminarSaludos
Si Señor José, mientras nos dejen eso aun hay esperanzas, lo malo sera cuando vengan a por nosotros..
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